en Entradas

El viernes 10 de noviembre de 2017 se llevó a cabo el conversatorio “Deconstruyendo a Jacinta. Racismo, género y apropiación en el Perú actual” en el auditorio de Estudios Generales Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el cual fue organizado por la Maestría de Antropología y la de Antropología Visual.

El panel estuvo conformado por Gisela Cánepa Koch, Raúl Castro, Claudia Aragón[3], con la moderación y comentarios de Wilfredo Ardito Vega[4]  y de quién escribe esta nota.

El conversatorio giró en torno a diversas preguntas ¿Por qué a millones de peruanos les agrada ver a La Paisana Jacinta? ¿Qué nos dice de cómo percibimos a la cultura andina y especialmente a las mujeres indígenas? ¿Se debe a la incapacidad de los peruanos para aceptar un sentido del humor menos burdo o es porque somos un país tan racista que disfruta del humor racista?

Resulta importante señalar que hace dos años, el Comité contra el Racismo de las Naciones Unidas pidió al Estado peruano que evitara la transmisión del programa La Paisana Jacinta, porque denigraba a la población indígena y fomentaba estereotipos negativos. Pese a ello, el personaje creado por Jorge Benavides continúa apareciendo en Frecuencia Latina y el 23 de noviembre de 2017 se estrenó la película “La paisana Jacinta: en búsqueda de Wasaberto”.

Los invitados plantearon diversas formas de aproximarse al tema.  Gisela Cánepa puso en evidencia la importancia de las representaciones en tanto son constitutivas de la realidad. ¿Quién representa a quién? ¿quién tiene el poder de representar? Son aspectos que no debemos perder de vista cuando se discute el programa de la Paisana Jacinta.

No obstante, la apuesta conceptual de Cánepa es no quedarse solo en lo representacional, sino problematizarlo, en sus palabras “ver cómo opera este programa en lo social”.  Para ello evidencia tres dicotomías que subyacen a la discusión en torno al programa y que deben ser discutidas: a) una “verdadera” representación del programa y una “falsa” representación, siendo en el primera caso la no racista y la otra la racista; b) hay un sujeto representador y un objeto representado, es decir los que representan a la mujer andina y la mujer andina como objeto.  Dicotomía que no considera la agencia de la mujer andina; c) quienes reconocen al programa como racista y los que no se dan cuenta. Los que “saben” y los que “no saben”.

Por su parte, Raúl Castro expuso hallazgos de su investigación, en los cuales encuentra cambios o transmutaciones que ha tenido el personaje de Jacinta. Castro señala tres momentos claves del personaje, inicialmente una producción de Jorge Benavides llamado Los Cuentos de Jacinta aproximadamente en el 2002,  luego como un programa de televisión, para finalmente ser una película.  La importancia del trabajo de Castro es que se sostiene en el estudios de audiencias desde la antropología,  y en la recepción y consumo del  personaje en eventos como el circo de la paisana Jacinta en distritos como San Juan de Lurigancho.

La intervención de Claudia Aragón inicia con dejar en claro cual es su lugar de enunciación. Se define como chola, cobriza, mestiza, marrón y cuzqueña, y no se identifica con el personaje de Jacinta. Su participación interpeló, principalmente cuando Aragón contó sobre episodios en los cuales ha sufrido discriminación y de su apuesta por utilizar polleras en la ciudad.  Ella, desde su testimonio evidencia que en este país la discriminación es mayor cuando se es mujer e indígena.

Vale señalar que el auditorio estuvo lleno. Hubo preguntas, comentarios que demuestran el interés por discutir y entender las formas en que programas como la Paisana Jacinta están operando en las prácticas racistas recurrentes en la cotidianidad del país.

Finalmente, antes del programa, me puse a revisar los comentarios que varias personas habían colocado en el fanpage de la PUCP respecto al conversatorio.  Los comentarios apuntaban principalmente a burlarse del objetivo del conversatorio y a banalizar el análisis que se hace del humor en el que se refuerza estereotipos racistas. Ello me lleva a pensar ¿Por qué necesitamos un humor donde se refuerza estereotipos raciales? ¿Por qué seguir insistiendo en construir a Jacinta como sucia, encorvada, sin dentadura? ¿Por qué como sociedad necesitamos una Jacinta? Queda en la agenda, investigar como personajes como Jacinta están operando en la realidad social peruana.

Nota: les dejamos aquí el video de la conferencia:

 


[1] Antropóloga y profesora principal de la especialidad de Antropología en el Departamento de Ciencias Sociales y es fundadora del programa de Maestría en Antropología Visual (MAV) de la Escuela de Posgrado en la PUCP. Entre sus áreas de conocimiento se destacan las de formación de identidades étnicas, la representación visual de la cultura, las formas expresivas de la cultura.

[2] Master en Comunicación, Cultura y Sociedad por Goldsmiths University of London. Bachiller en Antropología por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor contratado del curso Antropología de los Medios de Comunicación, y del Seminario de Investigación en Medios Interactivos e Investigación Social, ambos en la Maestría de Antropología Social de la PUCP.

[3] Chola-Mestiza-Cobriza. Es psicóloga de profesión y se ha especializado en asesoría de imagen y gestión de moda. Actualmente es Docente de Diseño de Modas y es directora de la marca que lleva su propio nombre. Su discurso a través de la indumentaria es un acto de la revalorización por sus raíces, ancestros y un acción contestaría frente a la homogeneización de la vestimenta.

[4] Abogado, escritor y catedrático peruano especializado en temas de derechos humanos, democracia, justicia comunitaria, derechos de los pueblos indígenas y racismo. Obtuvo un master en derechos humanos y el doctorado en derecho por la PUCP. Es actual Defensor Universitario de esta casa de estudios.